- Nadie puede salvarte, cariño. Ni yo, ni un príncipe ni nadie más. Incluso hay veces en las que hasta una persona que es capaz de resolver problemas intenta esquivar éste.
- ¿Me estás diciendo que vas a dejar que me hunda?
- No, lo que quiero decir es que está en tu mano... o bién ahora o la próxima vez, a no ser que aprendas a nadar.
- ¿La próxima vez? ¿Qué quieres decir con la próxima vez ?
- Aunque te sacara de aquí y te llevara sobre mi espalda sana y salva a tierra firme, sería sólo cuestión de tiempo que te volviera a alcanzar otra tormeta y te encontraras de nuevo en peligro sin poder evitarlo, pues hay que vencer muchas tormentas al largo del camino.
[...]
- Sigo buscando la manera de no hundirme en esto.
- Entonces, ¿prefieres pasarte toda la vida intentando no ahogarte, igual que ahora, buscando y esperando que el bote ideal te salve de una vez por todas?
[...]
- Estamos heladas, agotadas y, de todas formas, el mar está muy picado. Con toda seguirdad nos ahogaremos si intentamos aprender ahora.
- Lo que sí es seguro es que te hundirás si no lo haces ya.
[...]
-LLevas ahogandote muchos años y ¡ni siquiera estabas dentro del agua! Tienes tanto miedo...
Marcia Grad, La princesa que creía en los cuentos de hadas
1 comentari:
Però tu no t'enfonsaràs...n'estic convençuda perquè has començat a remar sense tenir por d'una mar picada o d'una mar aparentment en calma.
Va Princesa, no deixis de creure en contes de fades. La Fada més important que hi ha a la teva vida ets tu.
Una abraçada
Publica un comentari a l'entrada